La Real Academia Española de la Lengua lo define como “la acción y el efecto de presionar los labios contra la superficie de algo o alguien como una expresión social de afecto, de saludo, o de amor”. Los hay de muchos tipos: apasionado, de madre, de hermano, de amistad, romántico, cortés, o incluso de compromiso. Algunos personajes de la Historia, la Literatura y el Deporte han dado su nombre a algunos de ellos, como Judas, la Bella Durmiente o incluso Rubiales. Numerosos artistas lo han plasmado en el lienzo, lo han esculpido en bronce o lo han reflejado a través de fotografías que han dado la vuelta al mundo. Y, por supuesto, en el imaginario colectivo tenemos algunos de los momentos más románticos del cine materializados en este concepto. Bienvenidos a “Con nombre de… Beso”.
