El mundo onírico, ya sea a través de dulces sueños o pesadillas, nos permite evadirnos de la realidad que nos rodea y nos absorbe. Las horas de descanso son ese punto y seguido que nos permite asimilar las vivencias y los aprendizajes que el día a día nos traen. Y es que, dormir y soñar, forman parte de nuestra existencia. Bienvenidos a «Con nombre de… Sueño».